domingo, 5 de julio de 2015

Ya llevo cuatro convivencias, Patricia Álvarez. Por: Adrían Quispe

Antes tenía la teoría de que el amor no era para siempre, que había que dejarse llevar por lo que uno sentía. No sé si hoy creo en el amor para toda la vida, pero tampoco pienso de manera tan liviana. Sí creo que la familia no es la de antes; que hay personas de mi generación que quieren tener hijos aunque no estén en pareja y que las mujeres no nos atamos a un matrimonio que no queremos. Además, hoy las personas ya no se toman tanto tiempo para "estar de novias", sino que enseguida se van a vivir juntas. Yo lo hice, pero después de cuatro convivencias, me di cuenta de que no era lo mejor para la pareja.La primera vez que conviví fue a los 19 años. Conocí a un chico que venía del interior y tenía un departamento alquilado. Nos enganchamos y me preguntó si quería mudarme con él. Yo vivía con mis viejos, pero no lo pensé; me pareció divertido probar. Estuvimos juntos un año, no nos llevábamos muy bien porque no nos conocíamos, y yo tenía ganas de probar la experiencia de vivir sola, así que alquilé un departamento con una amiga.No estaba enamorada de ese chico; sólo me divertía la idea de intentar una experiencia más adulta. Con mi amiga viví dos años hasta que conocí a un chico en la facultad. A los dos meses, nos fuimos a vivir juntos. Había mucha atracción sexual, pero nada en común. Él se fue rápidamente y un año después empecé a tener problemas para pagar el alquiler. Pero entonces conocí a un periodista. La quinta vez que estuvimos juntos, tipo chiste, me preguntó si quería mudarme con él. No lo dudé, agarré mis valijas, rescindí el contrato de mi departamento y partí. Estuvimos juntos un año; era una relación muy libre. Cada uno salía por su lado, tenía sus amigos, sus fiestas... Cada uno hacía su vida, pero un día él decidió que prefería estar solo.Unos meses después me volví a poner de novia y, otra vez, alquilamos juntos para compartir gastos. Duramos muy poco, y después de esa cuarta convivencia, con 26 años, empecé a pensar si no debería haberme tomado más tiempo para conocer a la otra persona. Cada vez que me mudaba con alguien, pensaba: "Que dure lo que dure".Con el tiempo me di cuenta de que no quería más ese tipo de relaciones que se arman y se desarman rápido. Por suerte, conocí a una buena psicóloga que me ayudó a procesar todas estas ideas y hoy me tomo las cosas con más calma. Estoy saliendo con un chico hace cuatro meses y, aunque él vive solo y yo vivo sola, le dije que prefiero esperar a conocerlo bien y estar segura de que quiero que vivamos juntos. Además, vivir sola me permite conocerme a mí misma. Me di cuenta de que si no me termino de conocer, no puedo tratar de conocer a otro, ni explicarle cómo soy o qué quiero. Me gusta decir que estoy de novia, siento que estamos formando una pareja más fuerte que las anteriores, donde así como nos juntábamos, de un día para el otro, nos "desjuntábamos". Eso ya no es para mí.
Fuente:http://www.elsol.com.ar/nota/172480/mujeres/la-convivencia-a-temprana-edad-y-el-riesgo-de-saltearse-el-noviazgo.html, Patricia Álvarez. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario